Ramón (tres años) es parlanchín y enredador. Come por dos, habla
por tres y se mete en la bañera de cabeza, pues le gusta mucho el
agua. Es incansable y no perdona: todos los días a eso de las ocho
ya está pidiendo lo suyo. Le gusta la música.
Lola (dos años) es más callada pero más curiosa. Con seriedad de
personita inteligente, se hace entender con la mirada. Todo lo
observa. Es tranquila, pero si se le tuerce el aparejo... Le pierden
las galletas.
Son novios. Donde va uno va el otro. Como toda pareja tienen sus
problemas. Porfían por el columpio, a veces se chillan y hasta se
pegan, pero pasada la tormenta se dan besitos. A eso del mediodía
se inquietan. Piden el recreo. Fuera, tienen trazas de explorador.
Suben, bajan, se desgañitan, revolotean de aquí para allá. No
queda rincón que no investiguen.
Buenos pájaros están hechos, Ramón y Lola.
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