G. tiene el reflejo de, antes de encender un cigarrillo, mirar a derecha e izquierda. Media vida fumando a escondidas del padre y la otra media a escondidas del hijo.
Sería muchísimo mejor que no fumara tanto, me dicen ceñudos los doctores. Imposible seguir tan buen consejo: este humo que vuela entre mis dedos (no comprenden nada) es la contestación de un conformista, la sola valentía que aún me queda.
Uno se puede acostumbrar a la dosis de transgresión igual que a la de nicotina. Y no concebir la una sin la otra.
ResponderEliminarNo había pensado en ese placer de la transgresión. Bien visto.
ResponderEliminarOh. Qué bueno y cómo recoge el aire —el humo— de nuestra época o de dos épocas, que nos han cogido por medio.
ResponderEliminarA Víctor Botas sí:
ResponderEliminarSería
muchísimo mejor que no fumara
tanto,
me dicen
ceñudos los doctores.
Imposible
seguir tan buen consejo:
este humo
que vuela entre mis dedos (no comprenden
nada) es la
contestación de un conformista,
la sola valentía que aún me queda.