¿Cómo puede ser que emplee una hora
para una prosa de cinco líneas, sin contar con las veces que vuelvo sobre ella
para cambiar una palabra por otra para volver a cambiarla por la primera, marear
las comas o mover los complementos como al que mandan de la Delegación al
Registro, del Registro al Juzgado y del Juzgado a la Delegación? No le ayuda a la prosa el aderezo poético. “La poesía prosaica, la prosa poética”, escribí hace
años tanteando una poética. Pues no. La poesía poesía, y la prosa prosa. El
contagio desnaturaliza. Lo que en poesía es genuino, injertado en la prosa es
postizo. Empecemos por renunciar a cerrar cada fragmento en prosa con la
rotundidad y la resonancia propias del verso.
Yedra sobre la iglesia de San Antolín de Bedón
Reconozco mi ignorancia en estas cuestiones, pero noto que cada vez me cuesta más diferenciar entre prosa y poesía y apenas distingo en literatura como en agricultura entre intensiva y extensiva.
ResponderEliminarPor lo demás a mi sucede que al escribir en prosa me dejo llevar por la música de las palabras y entonces ya la hemos cagado, con perdón.
Un abrazo.
(Por cierto, esa foto tiene la sencillez de lo inaugural, también de lo explosivo, aun en silencio. Me encanta)