Si hasta un presidente de gobierno tiene, como todo cuñado, un primo infalible (físico a la sazón) del que echar mano en las conversaciones distendidas, no iba uno a ser menos. Pero dado que no me dio la providencia ser registrador de la propiedad, sino simple profesor de música y un poco poeta, mi primo no podía ser catedrático de física, sino, ay, carne de bohemia. Así está de flaco el hombre. No son pocos los versos que me ha robado este primo poeta:
Sé que la vida
es algo entre dos nadas.
¿Pero es igual
el silencio que hay antes
y después de la música?
La música es la vida, nada menos. ¿Pero es toda vida música? Y si así fuera, ¿es igual una música que otra? También de esto sabe algo mi primo poeta, que no solo se me adelanta en verso: "La 94 de Haydn, la 41 de Mozart, la 7ª de Beethoven, la 2ª de Brahms, la 1ª de Prokofiev. Y después, ¿qué?" Quizá crecer, hacerse música, es irse dando cuenta de que el después hay que buscarlo en el antes. No encuentra uno música más elevada y elevadora que la polifónica. Pura y limpia como un agua clara, su aparente limitación hace aún más sorprendentes sus audacias. El milagro que sucede al paso del minuto 1:32 de este Gloria de Janequin está vedado a las palabras. Lo sabe mi primo; quizá (aunque lo dudo) el primo del presidente; ahora, el primo del primo no creo que lo entienda, pero no porque no pueda, sino porque estas cosas le dan igual, que tonto no es.
C.Janequin (1485-1558): Missa La Bataille (II.Gloria)
Ensemble Clément Janequin
(Dir: Dominique Visse)
Ensemble Clément Janequin
(Dir: Dominique Visse)
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