Casualidades de la vida, esta entrada para El cuaderno digital hablaba sobre Yo la tengo, grupo con tres miembros: un bajista, un guitarrista y cantante y una baterista y cantante, estos dos últimos unidos en matrimonio. Idéntica formación y relación regía en Low, grupo americano desgraciadamente de actualidad por la muerte de Mimi Parker, cofundadora de la banda junto con Alan Sparhawk (a la pareja se unieron sucesivos bajistas, el último de ellos Steve Garrington). Low, autores desde su estreno en 1994 de16 álbumes más la monumental y muy recomendable recopilación de rarezas y caras B A lifetime of temporary relief, eran maestros indiscutibles del tiempo lento y el minimalismo. Pocos grupos habrán dado tanta voz al silencio. A las melodías sencillas enriquecían unas armonías aún más sencillas, quizá por eso efectivísimas, y, en sus inicios, una producción lo-fi, esto es, premeditadamente mejorable en la definición del sonido para dar una mayor sensación de cercanía. También firmaron Low a partir del nuevo milenio discos más experimentales y con espacio para las programaciones electrónicas, como Drums and guns, en que la distorsión pasa a primer plano, y otros con sonido más rock que pop (The great destroyer). Ones and sixes (2015), además de ser el mejor disco de Low para quien esto escribe, puede ser la mejor puerta de entrada para su música, por contener una acertada mezcla de estos ingredientes. Otros álbumes que se recrean en una sola de estas facetas (Long división en un quietismo casi litúrgico o el reciente Hey what en el ruidismo) pueden llegar a cansar. Difícil escoger unos pocos temas de entre una playlist que supera los veinte. Aquí van unas preciosas canciones que deberían dar luz a cualquier vida. Agradecimiento eterno a Low y descanso verdadero a Mimi Parker.
No hay comentarios:
Publicar un comentario