Sabe dios que os he defendido, pájaros de mala fama, siempre
que han salido a plaza vuestras malas artes. A ti, pendenciera gaviota. Y a ti,
urraca pendenciera. Sois las dos guindillas de la clase. Pero esto ya es
demasiado. Varias picazas atacando por turnos a un cernícalo, como hienas hostigando
a un león herido, mordiendo y retrocediendo. ¿Es que no respetáis ni a las
rapaces? Sin duda no sabéis que sois hermosas.
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