Apenas quedan unos minutos para que muera el año. He escrito "muera", pero podría haber escrito termine, o acabe, o finalice, o concluya, o... Hay cierto cansancio en este continuo escoger. También cierta pereza, y con ella, a menudo, la tentación de dejar de escribir aquí, de dejar de escribir todo lo que no sea poesía. Si no lo hace uno es porque quiere creer que todo es poesía, que nacen ambas, poesía y prosa, del mismo venero; así llegó algún poema de prosas escritas al vuelo, y a la inversa. Quiero desear un 2015 feliz y tranquilo a quienes pasan por aquí, y brindar por ello con el último verso del año, porque podemos haber perdido la emoción, pero siempre habrá poesía.
¿Vía láctea de invierno? Humo de chimenea.
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