CON
LOS AMIGOS
(Sol en el cuarto)
Que
levante la mano quien no crea
que
hablamos demasiado, me repito
en
medio de la charla, muy por dentro.
Y
claro que nos hace bien hablar
por
hablar y reírnos una tarde,
pues
seguimos, con todo, en esta cumbre.
Escucho
nuestras voces y sus tonos,
sus
cadencias, sus idas y venidas,
y
no puedo evitar marcharme lejos,
pese
a que donde voy no puede estar
más
cerca, en esa luz que se derrama
a
nuestros pies y en todo cuanto pisan.
Con
siete o con cuarenta y siete años
-ha sido siempre igual- viajo a tu extremo
y
nos tratamos sin decir palabra.
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