Desde
que nació esta bitácora, en octubre de 2011, se han
venido publicado en ella prosas y versos, con mayor o menor regularidad,
sin
interrupción ni descanso vacacional. Creo llegado el momento de parar.
Un poco
por cansancio, un poco por la presión de llevarlo al día, se ha ido
convirtiendo
en lo que no debería ser, una obligación. No es que tenga nada contra las
obligaciones, ni contra las cosas que se convierten en rutina, pero no
quiero
que la escritura sea una de ellas, y aunque aún no sé hacia dónde,
siento que me
gustaría enfocar lo que aquí viene apareciendo en otra dirección. Tal
vez eche de menos el blog… o tal vez me sienta liberado. Tentaciones de
dejarlo las
ha habido antes. Normal. No pienso que haya claudicación, simplemente no se está
para lo
que no apetece. Llegado septiembre, decidiré si sigo o no.
Por si acaso, quiero agradecer su tiempo y su compañía
a los lectores, a los comentaristas y a los que pincharon en “me gusta”. Y mi
agradecimiento íntimo es al propio blog, a este Mitos y flautas, que tanto me ha enseñado. Entre otras mercedes, sin
él no habría escrito muchas cosas que me alegro de haber escrito, ni seguramente
habría publicado un libro de prosas. El balance, creo, no puede ser más
positivo.
Aquella primera entrada de hace casi cuatro años incluía un poema recién editado. En la convicción de que todo, si es algo, es poesía, quiero despedirme con otro poema, este inédito. Os deseo lo mismo que, con su pequeña verdad, él os desea: felicidad.
ESPINO Y FLOR
A tientas va la
oruga, lentamente,
en busca de
sustento espino arriba,
más por
instinto que por convicción.
Una
rama le nace al tronco. Duda,
sigue por ella,
retrocede, avanza
hasta que da la rama en unos vástagos.
Se decide por
uno, convencida
o bien por las
espinas obligada.
Como la pobre
oruga van los hombres
remontando por
ramas y certezas
cada vez más
pequeñas,
escogiendo, a
la espalda la mortal
sospecha de que
la otra era la buena,
sin ver el
árbol, sin fiar de la rama.
Y ser feliz
depende de saber
que hay al
final de todas una flor.
Precioso poema. Muchas gracias por estos años de compartir letra, vida y a veces, banda sonora.
ResponderEliminarUn abrazo y a ser muy feliz.
Cris
Muchas gracias, Cris. Te deseo lo mismo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVuelve!
ResponderEliminarJe je, gracias, esa afición.
EliminarMe resistía a creer que te ibas y al leer este VALE seguido del precioso poema ESPINO Y FLOR,sé que NO TE VAS.....,quedas prisionero de quienes admiramos la limpieza de tu caminar desde que te leemos y admiramos.Cuando vuelvas,no será porque te hayas ido,repito.............ESTAS......Gracias.
ResponderEliminargracias..gracias...gracias.....mil.....siempre ESTARAS.
ResponderEliminar