viernes, 19 de abril de 2013

CON BAILE DE VISILLOS

        Qué delicia, después de esta impertinente canícula con la primavera aún en agraz, abrir la ventana a la buena mañana y ser traspasados por el aire fresco de la lluvia de anoche. Cómo ha vuelto a respirar la casa con baile de visillos, por fin en sus 20 grados, que son los que prefiere. Qué placer ponerse de nuevo un jersey para salir a la calle, unos calcetines en unos pies que ya no necesitan la respiración asistida de las sandalias. Qué alivio para los pájaros, los árboles y las hierbas de por aquí. Qué bien poder quejarnos otra vez del frío.

 Andrew Wyeth: Wind from the sea

2 comentarios:

  1. Lo de la respiración asistida de las sandalias te lo copiaré, aunque sea para atacarlas.

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  2. En esta familia de las letras todo es de todos. Salud.

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