lunes, 30 de enero de 2012

ESTILO

Una prosa poética al estilo del Ocnos de Cernuda o los Pequeños poemas en prosa de Baudelaire, hecha de viñetas, de apuntes, de postales, donde haya también lugar para el aforismo, la idea autónoma, y conseguir que sea el estilo quien armonice un conjunto aparentemente inconexo.

sábado, 28 de enero de 2012

AL DICTADO

        Mientras garabateo en el tren, miro por la ventanilla entre frase y frase. Es como si el paisaje pensara por uno, que no tuviera más que atender a su dictado. En un momento dado, mi mirada tropieza con el rojo tomo de las Andanzas y visiones españolas de Unamuno, y pienso en lo grato de esta porfía de uno por intentar sacar adelante su cántara de vino pobre, recogiendo las uvas agraces entre las cepas enredadas, desatendidas, mientras en su mesa aguardan, impecablemente embotellados, los más delicados zumaques.

ME ASOMBRO

Echada la jornada, camino lentamente hacia casa. Al rebasar la solitaria farola del paseo reparo en mi sombra. La rastrera. La gregaria. ¿Para expiar qué pecado, qué engaño o soberbia de qué remoto héroe fuimos condenados a arrastrar como un fardo el negro fantasma de nuestra carne? Porque debió de haber un tiempo cenital en que nuestra figura corría ligera sin lastre de sí, y no hallaba en el suelo el hombre la amarga constancia de su atadura a la tierra. Sin embargo, proseguimos. Queda atrás la farola. El lúgubre reflejo se sabe más cierto a cada paso. La proyección de mi figura se alarga, deformándose hasta lo grotesco. Su contorno se difumina. Sabe que acabará conmigo. Píndaro también lo supo: seres de un día somos, el sueño de una sombra.

jueves, 26 de enero de 2012

DUBSTEP



Burial: "In McDonalds" (de Untrue, 2007)

miércoles, 25 de enero de 2012

GONZALO SUÁREZ, GENIO E INGENIO




        La mayoría de las veces que me atrevo a leer una novela, ese pasatiempo ascendido a reina de la literatura a decir de José Luis García Martín, la experiencia me aburre como la retransmisión de una maratón. Hay, claro, excepciones. La más gozosa para uno es cada nuevo libro de Gonzalo Suárez. Injusto sería no agradecer tantos asombros y sonrisas, e ingrato no reconocer la impronta, en la educación sentimental de uno, de algunas de sus películas, como Mi nombre es sombra o Remando al viento, o de novelas como Los once y uno, De cuerpo presente, Trece veces trece, El hombre que soñaba demasiado o La suela de mis zapatos. “El cine no es imagen, es mirada”, nos dice G.S. en uno de sus aforismos, recogidos en El secreto del cristal. ¿Y qué otra cosa es la literatura? La literatura es, por cierto, el título con el que reunió sus mejores relatos en Alfaguara allá por 1997, con atinado y sumario prólogo de J.J. Millás. Vuelven ahora esos y otros libros a aparecer en la misma editorial bajo el título de Las fuentes del Nilo. A la vez, ve la luz una nueva novela, El síndrome de Albatros (Seix Barral), donde el autor vuelve a jugar con el lector con sus giros argumentales y sus dos ingredientes principales, humor e ingenio. ¿Es posible el humor sin inteligencia? No lo parece leyendo sus tramas trepidantes, protagonizadas casi siempre por desencantados funcionarios de la vida ya en manos del cinismo (un escritor en crisis creativa, un crítico teatral, un periodista), que sin comerlo ni beberlo se ven envueltos en rocambolescas situaciones que van enmarañando la trama hasta que se da al lector, a punto de arrojar la toalla, el dato que necesitaba para ver de nuevo, como en leva de niebla, cada cosa en su sitio. No siempre es igual de generoso G.S., como en El síndrome de Albatros, donde no es que no pueda llegar uno a desenredar la madeja, sino a saber siquiera si hay un hilo o ciento. No me resisto, con todo, a trasladar aquí algunas pinceladas del genio e ingenio marca de la casa:


“Es práctico vivir cerca del cementerio. Los que van a morir pueden ir andando a la tumba.”


“Nunca voy al entierro de alguien que no vendrá al mío.”


“Se trataba de un caso de asesinato. De esos que se leen de pasada y que, como las catástrofes distantes, hace más confortable nuestro sillón.”


“Siempre me han interesado las viudas. Son mujeres que gozan del privilegio de vivir por segunda vez.”


“No había dejado de ser nunca el niño desvalido que sólo pensaba en regresar al lugar del origen por el mismo agujero por el que había salido.”


“No le parece aceptable que la fricción de dos órganos esté en el origen de la vida y, en ocasiones, desencadene pasiones incontrolables de terroríficas consecuencias.”


“Como todo especímen enamorado, carece de sentido del humor.”


“Perdiendo el sentido del ridículo y un porcentaje de dignidad (...)”


“Eres una maravillosa actriz que tiene la virtud de no parecerlo.”


“Todo pasa sólo una vez y, una vez vivido, nadie lo cuenta nunca de la misma manera.”


“Asumir como propio el destino del corcho en la corriente.”


“Ten cuidado; cada vez que barajes las cartas cambiará la partida.”

martes, 24 de enero de 2012

ESGUINCE EN SOL M

De vez en cuando la vida nos besa en la boca.  Por ejemplo (y es un beso casto, como a prima, pero un beso al fin), cuando aparece en mitad de la jornada del lunes un horizonte de casi una hora para hacer lo que me venga en gana, y se me ocurre una idea mejor que ponerme a tocar o subir a la cafetería del conservatorio, y es dejar constancia de la deferencia que el azar y una pelota de baloncesto han tenido hoy conmigo mientras escucho el Krönungkoncert para piano de Mozart, que parecía aguardar precisamente este instante escondido entre tantos tediosos, deprimentes discos de flauta. Desgraciadamente, la versión, una de esas económicas que compraba de joven (las caras las robaba), corre a cargo de la Orquesta Sinfónica de Ljubljana, que más que interpretar la música se diría que la ejecuta. Del pianista, lo menos malo que se puede decir es que su interpretación se ve afectada por sus creencias religiosas, inequívocamente cristianas: la mano izquierda no sabe lo que hace la derecha. Para más inri, la grabación, realizada durante un concierto, se escucha plagada de ruiditos, sobre todo esas toses contagiosas entre movimientos. (Recuerdo ahora una grabación en vivo de la Pasión según San Mateo, dirigida por Furtwängler, en la que en un momento dado se escuchaba de fondo uno de esos roncos teléfonos antediluvianos).

A Mozart hay que aguantarle muchos (muchos) minutos inanes hasta que llega un motivo que causa emoción, pero lo curioso es que casi siempre acaba llegando. Uno ha sufrido lo suyo con su música para flauta, especialmente con su Concierto en Sol M, indefectible piedra de toque en cualquier prueba orquestal que, exceptuando el movimiento lento, no es más que una sucesión de escalas, arpegios y series de terceras. Aburrido como una exhibición de pirotecnia. Quizá me suceda con él como con tantas canciones de los Beatles, que de tan oídas las aborrezco y ya no soy capaz de escucharlas objetivamente, con oído limpio. Aun así, hay que sufrirlo cada vez que un alumno de quinto o sexto lo toca, pues hay que reconocer que, didácticamente, Mozart, como Bach, es insustituible. De puro desnudo, ningún compositor que aporte tanto al buen intérprete ni ponga tan en evidencia al malo.

domingo, 22 de enero de 2012

HOMENAJE

            Residencial "Los Álamos" (los álamos que han talado para construir el residencial).

sábado, 21 de enero de 2012

FARRESCAS

Del reverso del día rescato varias conversaciones farrescas. G. da en el clavo de la ironía al bautizar con la expresión “chandalismo ilustrado” a la proliferación de capuchas, ropa deportiva y gorras en los bares. No se sabe aún lo que perdemos en esta homogeneización a la americana, apreciable en muchos otros aspectos como la alimentación o las series televisivas, por acudir a lo más evidente. Más diálogos:

–¿Cómo sales con este?
–Era la última opción.

–¿Qué me decías?
–¿Qué te estaba contando?
(Fumaban).

–Fíjate a ver si se me quedan.
(Si se me queda mirando un grupo de chicas que acaba de entrar en el bar).

–Hoy me temo cuatro, cuatro y media.
(Sobre la hora de retirada).

                                                                       G.

martes, 17 de enero de 2012

EL CORAZÓN DE DIOS

        Ha muerto Carlos Pujol. Su última lección fue una carta a Dios, al que tan pronto vería. Le trata en ella de tú, como al amigo que no admite cumplidos, le confía sus dudas, le reprocha sus silencios -que en realidad son nuestros-, su exigencia de espera, de olvido. Pero de igual modo no olvida él agradecer su paciencia, la disposición de quien, como un fuego alegre, nos estará esperando, paternal, cuando el frío llegue. Bien parece su arreglo: Dios le da el carbonero, su copla metálica, y él la devuelve en verbo, canto por canto: "Aquí está el carbonero con su fe, / que es pobrísima cosa (...) / solo te puedo dar lo que me das. / Hasta que el tiempo acabe." "Quédate un poco más, que ya oscurece", le pide en otra ocasión, consciente de la cercanía del final. Alegrémonos por quien está ya en las mejores manos, escuchando, ya sin interferencias, "la voz que habla callando desde dentro."

                                            La verdad de tu noche será clara
                                            después del apagón
                                            de las luces de aquellos tiovivos
                                            que giran, suben, bajan, sin cansarse
                                            del poder y la gloria, del chinchín.
                                            Terminada la feria, cuando quede
                                            inmóvil en lo oscuro el artefacto,
                                            ¿qué juego inventarás?
                                            ¿Dar vueltas y más vueltas
                                            al ruedo de los mundos,
                                            igual que las estrellas que iluminan
                                            porque son muy felices?
                                            ¿O pasar del trajín a contemplarte
como a un padre que da por concluido
                                            su trabajo bien hecho y misterioso?  

                                                              (De El corazón de Dios)

DE LA EDUCACIÓN

         La anunciada modificación de la llamada Ley del Menor por parte del Gobierno, a raíz de la sentencia del caso de Marta del Castillo, viene pintiparada para deslibretar otra reliquia, esta con fecha de 22 de julio de 2009.

*   *   *

Los medios de comunicación han reabierto estos días el manido debate de la violencia juvenil a raíz de las violaciones múltiples sufridas por dos niñas a manos de menores de edad. Columnistas de periódicos y contertulios radiofónicos verterán hoy y mañana, acaso pasado, su decisiva opinión, la que aportará el matiz definitivo.

En el ruedo político, los principales partidos, que en los medios son los únicos, dispondrán de un nuevo campo de batalla para tirarse los trastos a la cabeza. ¡Más madera! Justo lo que necesitamos. Por supuesto, faltó tiempo para reacciones oportunistas como la del PP, que exige ahora una modificación urgente de la Ley del Menor, que no contempla penas de cárcel para los menores de edad ni reclusión para los menores de catorce años, a la vez que ofrece a las familias afectadas todo su apoyo y su calor. Si la presión social aumenta o se dan nuevos casos, tal vez el Gobierno socialista “abra el debate”, preparando el terreno con declaraciones más o menos extemporáneas o contradictorias a cargo de ministros y ministras y otros miembros y miembras relevantes del PSOE, dando una nueva muestra de esa irritante tendencia a actuar después de los hechos, y no previamente a fin de evitarlos.

Un presentador de televisión, con gesto conturbado, deja en el aire, antes del sensacionalista reportaje –esa cámara subjetiva recreando la secuencia en el lugar de los hechos– la afectada pregunta: "¿qué le ocurre a nuestra juventud?"

Mientras lavo los platos, en el camping donde paso unos días del verano, llega al fregadero adyacente una pareja con un niño pequeño. El padre se lava las manos profusamente, tanto en el tiempo como en el agua empleados, pues esta no deja de salir, como es natural, al no ser cerrado el grifo en los dos minutos que dura la operación ante la mirada embobada del niño, que crecerá sin valorar la necesidad de cuidar de los bienes comunes.

Al poco veo subir a un señor con un niño, una niña y un precioso cachorro de dálmata que, tras detenerse, vomita en medio del camino. “Ha vomitado”, dice entonces la niña. “Vamos”, responde el señor sin llegar a detenerse, y sigue caminando, no sin echar alguna mirada furtiva, acaso alguien hubiera presenciado la escena. Este irresponsable sujeto no está enseñando a sus hijos algo tan básico como asumir las responsabilidades que comporta el disfrute de un bien.

En estos dos lances, que podríamos multiplicar ad infinitum, hallamos una parte de la respuesta que requería el ceñudo presentador. Por cierto, que la labor didáctica de la televisión vendría aquí muy al caso, pues no es en menor medida parte también del problema. Para muestra este botón: finalizado el noticiario, en el mismo canal, se escucha una voz femenina que lee el siguiente texto sobreimpresionado en pantalla bajo el rótulo “Micropoemas”: “Cuando dejemos de enamorarnos como perras nos aburriremos como ostras”. ¿Qué ganamos trivializando el más neto sentimiento humano? Sólo mensajes que empujan al hedonismo más egoísta, a la envidia, a la sexualización.

Alguien nos podría tachar de exagerados al relacionar directamente este tipo de conductas de los llamados adultos con los desmanes cometidos por sus hijos, pero si nos atenemos a la pregunta de qué ocurre para que una generación que “lo tiene todo” demuestre sin embargo no tener lo que hay que tener, habría que responder en primer lugar que es víctima de la dejación de las responsabilidades de unos padres que no han asumido los problemas sentándose a hablar con sus hijos ni han sido capaces de dar, sí, una bofetada en el momento necesario, cosa que por cierto ahora puede llevar –y de hecho ha llevado– a una madre o un padre a la cárcel. Otra manera de educar mal, esta vez desde el Estado.

“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”, dejó dicho Aristóteles.

Cada cosa mal hecha muere una mariposa. ¿Por qué viven tan poco?

domingo, 15 de enero de 2012

ALCALDADAS

Andamos otra vez a vueltas con la Gürtel y tenemos que escuchar de nuevo las alcaldadas de la Barberá, que dice ahora que "un bolso de Louis Vuitton es un regalo habitual". Por ahorrarme la mala sangre de volver sobre ello, dejo aquí un texto fechado en agosto de 2009, librándolo de la tumba de su libreta y alimentando de paso la famélica sección "Archivo".

                                                          *   *   *

“Todos, absolutamente todos los políticos, reciben regalos”.

La sorprendente declaración, último donaire proferido por la regidora de Valencia, la Excelentísima Sra. Rita Barberá, pretende salir al paso de la información periodística que la acusa de recibir bolsos de la marca Louis Vuitton, valorados en varios miles de euros, de parte de Álvaro Pérez “El Bigotes”, cabecilla de la trama Gürtel en Valencia. La noticia sale a la palestra tras varios meses de investigación sobre los trajes que Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, recibió supuestamente de la trama corrupta. La contraprestación a esas dádivas es lo que está investigando el TSJV.

Si desde el PP primero se negaban los regalos y después se minimizaba su importancia en razón de su escaso montante económico -como si el delito fuese cuestión de grado-, ahora la ínclita alcaldesa, que ha hecho del populismo su bandera, emplea, no sin inteligencia, la táctica del ventilador. Nada parece importarle echar a los leones a la totalidad de la clase política, a la que pertenece, ni contribuir a su depreciación. “¡No me van a callar!”, amenaza furiosa. Mañana -estoy convencido de ello- se escucharán en cada cafetería de Valencia no pocas voces que ensalzarán su sinceridad. “La única que se atreve a llamar a las cosas por su nombre”, dirán unos; “Con un par”, otros.

En unas declaraciones a pie de chiringuito, la portavoz en el Congreso del PP, María Dolores de Cospedal, presenta a su partido como víctima de una conspiración judicial y mediática y anuncia la interposición de una querella (sin aclarar contra quién) para denunciar la filtración a los medios de comunicación de nuevos detalles de la investigación, insinuando, en una acusación gravísima y sin precedentes en nuestra democracia, la idea de que el gobierno utiliza las instituciones y medios del Estado para realizar escuchas ilegales a su adversario político.

Qué bien se aprecia en las situaciones apuradas aquello tan bellamente denominado como altura de miras. Baste recordar que un exmilitante de ese partido, Vicente Sanz, casualmente también en Valencia, donde fue presidente provincial de su partido, fue grabado en una conversación telefónica en la que aseguraba estar en política “para forrarse”, y tras cesar en ese cargo fue premiado al año siguiente con la Jefatura de Personal primero, y la Secretaría General después, de la Radiotelevisión Valenciana por defender tan elevados ideales. Motivador ejemplo. Por cierto, que duró en el cargo lo que tardó en ser procesado por abuso sexual supuestamente cometido contra tres trabajadoras del ente, que aportaron grabaciones en vídeo y mensajes de móvil como prueba de las vejaciones. Veremos cuál será su próximo cargo cuando todo se arregle.

Pasma el doble rasero con que miden en el PP sus casos de corrupción y los del PSOE (llegaron exigir la dimisión de la ministra de defensa por haber contraído la gripe A dos niños en la excursión de un colegio a una base militar). Desde luego, nadie espera que Dª. Rita reconozca que sí, que la han pillado, que se retira del servicio público y que a partir de ahora se dedicará a la caridad (podría subastar sus bolsos, algunos valorados en 4000 euros, y donar la suma obtenida a la beneficencia), o a la ecología: aunque algunos, irónicos, dirían que ya ha hecho bastante, por poder podría hasta cobijar un nido en la cabeza.

Yo de mayor, político. (En Valencia y con los buenos, claro).


sábado, 14 de enero de 2012

MI RUISEÑOR

A pesar de mis frustrantes lagunas en Historia, de haber olvidado tantas veces como memoricé el árbol genealógico de los Austrias y los Borbones, de mi ignorancia enciclopédica en materia económica, aun en estos tiempos en que los telediarios abren con el íbex y la prima de riesgo (¿y quién es Riesgo?), ningún conocimiento me podría haber dado hoy mayor satisfacción que haber averiguado que el pájaro que vi tantas veces en los álamos junto a la antigua granja escuela es el pito real, y que el canto que aceché tantos amaneceres en la fosca maleza a los pies del psiquiátrico es, como sospechaba, el del ruiseñor.

martes, 10 de enero de 2012

SENTIR

Lo que más sentiría perder es la capacidad de sentir, aunque no lo sentiría.

domingo, 8 de enero de 2012

TIERRA DE HOMBRES

De una novela de Saint-Exupéry sale uno, como de una película de Miyazaki o de un cuadro de Friedrich, creyéndose mejor, siéndolo por tanto, con el propósito más o menos duradero pero firme en su resolución de intentar ser digno de aquella trama, de aquellos personajes, de aquella mirada limpia.

miércoles, 4 de enero de 2012

KLEE POETA


Donde menos se espera salta la liebre. Supe por un documental que Paul Klee escribió, además de un diario y numerosos tratados teóricos y pedagógicos, un libro con sus versos, y quiso el azar, que tantas veces parece dirigido e intencionado, que esa misma semana diera en la biblioteca con un volumen que recogía su obra poética, traducida por Andrés Sánchez Pascual en la colección La forma de la luz (Ediciones de la rosa cúbica). Por su epílogo conocí que también fue en su juventud violinista profesional, tocando varios años con la orquesta sinfónica de Berna.

Abre el libro esta reflexión del autor: “¡Tengo veintiún años! Nunca he dudado de mi vitalidad. Pero ¿qué sucederá con el arte elegido? En el fondo soy poeta, pero el saber que lo soy no debería ser un obstáculo en las obras plásticas”. Evidentemente no lo fue. Dejo aquí anotados estos versos sin título, dignos de Hölderlin:

Dos son las montañas
luminosas y claras,

la montaña de los animales
y la montaña de los dioses.

Pero entre ellas yace
el valle en penumbra de los hombres.

Si alguna vez mira uno hacia arriba
lo sobrecoge, vislumbradora,
una nostalgia inextinguible,
a él, que sabe que no sabe,
de quienes no saben que no saben
y de quienes saben que saben.

lunes, 2 de enero de 2012

CLAMORES

Las campanas tocan a muerto. Al salir de la iglesia, una niebla invernal que se enreda en las viñas acompaña a la comitiva camino del cementerio. Se diría que la niebla ahonda el silencio, como, paradójicamente, el amortiguado murmurio de las pisadas sobre la gravilla, el roce de las chaquetas de cuero, los pantalones de pana, los abrigos de astracán. Cuando en el camposanto el cura comienza a rociar con el hisopo el nicho equivocado, toda la dignidad del ceremonial de la muerte se desmorona y quedan los deudos solos frente a ese espejo insondable que sólo refleja la inexistencia, la nada.


domingo, 1 de enero de 2012

MONEDAS PARA LUEGO

       Dejar sobre el papel el instante, como el niño que guarda una moneda para luego, para poder recobrar siquiera una parte del calor de aquella hora de luz: unos minutos de la primera noche del año en el balcón, a solas con la monserga de la fuente; un paseo de buena mañana por las callejuelas del Barrio Húmedo, sorteando la muda desolación de serpentinas, antifaces y gorros de papanoel pisoteados, en dirección al rastro de Zapaterías, donde adquiero casi de balde las Obras Selectas de Gómez de la Serna en Plenitud, mil monedas para luego…

        Dejar aquí el instante a sabiendas de que el árbol de ese recuerdo irá perdiendo sus flores, sus hojas y hasta sus ramas, hasta ser sólo tronco, tronco mondo, pero tronco al fin.