jueves, 11 de agosto de 2022

PERLAS PICARESCAS, II (EL DIABLO COJUELO)

 

Viene el sol haciendo cosquillas a las estrellas. [Amanece].

Ya comenzaban en el puchero humano de la Corte a hervir hombres y mujeres, unos hacia arriba, y otros hacia abajo, y otros de través.

Hidalgo a cuatro vientos, caballero huracán y encrucijada de apellidos.

Al fin de los años mil, vuelven los nombres por donde solían ir.

Y la demás canalla que toca a la bucólica. [Poetas].

En ese otro aposentillo lleno de papeles y libros está un gramaticón que perdió el juicio buscándole a un verbo griego el gerundio.

Una dama entre nogal y granadillo, por no llamarla mulata.

Camino del infierno, tanto anda el cojo como el viento.

Y, diciendo y haciendo, se metió por esos aires como por viña vendimiada.

Fueron hilvanando calles.

Las calles de Sevilla, en la mayor parte, son hijas del laberinto de Creta.

El río Manzanares, que se llama río porque se ríe de los que van a bañarse en él, no teniendo agua (…), siendo el más merendado y cenado de cuantos hay en el mundo.

Descansemos un poco, que es mucho pajarear éste, y nos metemos a lechuzas silvestres.

Tendamos la raspa en este pradillo junto a este arroyo, donde se están tocando las estrellas.


Luis Vélez de Guevara

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