miércoles, 2 de octubre de 2013

AFORISMOS DE MANUEL NEILA


Nadie es perfecto; lo malo es que quienes más partido sacan de semejante entelequia son los menos perfectos.

Lo malo no es que existan los poderosos, sino que se prodigue la ambición de poder. Sin público en las gradas, el espectáculo del poder no tendría ninguna gracia.

Para él sólo existen dos clases de hombres: los que saben conservar su dignidad y los otros.

No se trata de atesorar conocimientos, sino de instaurar en cada individuo su mejor posibilidad.

En materia de sentimientos, todos somos autodidactas.

Despojemos al hombre de su capacidad de asombro y admiración. Y ¿qué nos queda?

La intimidad es el escenario personal donde los instintos y las pasiones luchan a vida o muerte.

Recurre al insulto porque le falta la inteligencia suficiente para servirse de la ironía.

El valor de un escrito reside en el temple, en el tono, en la actitud. Vale decir: en aquello que no puede ser escrito.

El estilo solemne se combate con el estilo chulesco, que es su adversario legítimo; pero sólo se vence con el estilo natural.

Lo contrario de los lugares comunes no son las ideas ingeniosas, sino las verdades que nadie quiere oír.

Hay algunos libros de hoja perenne... y muchos, muchos libros de hoja caduca.

Es preciso escribir contra el llamado espíritu del tiempo si se quiere perdurar en el tiempo..., así sea por unos años.

La superstición de la cantidad se cae por su propio peso. Cualquier joven ha leído más libros que Platón y Séneca juntos, pero difícilmente ha sacado tanto provecho.

Lo inesperado sucede a cada instante. Pero nosotros rara vez estamos allí para comprobarlo.

Las estrellas no precisan de los hombres para existir, pero sin los hombres no serían estrellas.

Mediante la escritura literaria, interiorizamos el rumor del mundo y, al mismo tiempo, exteriorizamos el humor del alma.

Frente a lo sagrado que esclaviza, la poesía restituye lo sagrado que libera: el murmullo incesante de la materia, la melodía sucesiva de la vida, la alegría infundada de existir.

La única eternidad que nos está permitido alcanzar es la del instante.

La verdadera poesía es un don; corresponde al poeta el oficio de expresarla y la dignidad de merecerla.

Aforismo de carácter natural: el copo de nieve que provoca finalmente una avalancha.


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