sábado, 2 de julio de 2016

VACACIONES

¿Qué le pedimos a la música? Mayormente, que nos emocione y que nos divierta. Hablando de esto con un amigo, saliendo de un concierto de un grupo más que ruidoso, añadió un tercer alcance, que nos haga reflexionar sobre la propia música. Parecido a lo que le pedimos a la poesía: que nos emocione, por supuesto; que nos divierta, por qué no (y pocos son los que consiguen ambas cosas (pienso ahora en Juaristi)); que nos haga reflexionar sobre la poesía.

La canción de este sábado es pura diversión, una alegría salvaje que se aviene con mis recién estrenadas vacaciones. Y también una muestra de que la música folclórica puede ser atemporal. Qué lejos, qué por encima este clásico del bluegrass, con el virtuosismo divertido del banjo y las armonías vocales tan sencillas como efectivas, del folk que se ha venido facturando por estos pagos en los últimos años, tan subvencionado y machacón, tan limitado.

Kentucky Mountain Boys: "Katie Cline" (1963) 

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