Pierdo la reina en un descuido tonto. Mi padre me ofrece rectificar el último movimiento, pero rehúso. El juego es así, la vida es así. Consigo neutralizar la desventaja en parte gracias a algún elegante desliz de mi oponente. El final da para un aforismo, o para final de un poema, que es el mejor destino que puede tener un aforismo: La mayoría de las partidas las ganan los peones.
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