jueves, 12 de octubre de 2017

POEMAS PEQUEÑO-BURGUESES DE JUAN BONILLA



Qué bueno es eso de que un libro que nos parece que está bien acabe estando muy bien, como se dice de estos Poemas pequeño-burgueses en Rayos y truenos. Me pasa con los poetas a bocajarro como él o José Luis Piquero. Enseguida ganaron mi simpatía detallazos como "el gol de Koeman", "el coñazo de Aleixandre" o esto de que “En mi favor cabrá decir al menos / que nunca, nunca, nunca / me referí a mí mismo en tercera persona.” Sobre los poemas, si a Máiquez le entusiasma “Mateo, 19, 24”, que está muy bien, yo prefiero “El día de regalo –borrador de un poema-”, “Epitafio de cualquiera” o “Paréntesis”.

También “La realidad no es todo lo que hay”, por este verso redondo: “que eres un yo que me hace tú a mí mismo”; y por el final: “Por debajo la sientes, vibra y fluye, / ajena al tiempo, nuestra vida.” Es manía mía preferir el endecasílabo para el último verso de los poemas, por parecerme más conclusivo. Así que habría terminado (qué morro esto de que te den el poema hecho y sólo tengas que glosar un verso, que es como comer a mesa puesta y mover un poco el vaso, por manía también): “Por debajo la sientes, vibra y fluye, / ajena a nuestro tiempo, nuestra vida.” O mejor aún: “Por debajo la sientes, vibra y fluye, / ajena a nuestra vida, nuestra vida.” Claro que Juan Bonilla es de los que parecen evitar lo convencional poético, como pueda ser el juego conceptista o una métrica adormecedora. Dicho esto, olvídese la especulación y quede la recomendación.

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