THE INNOCENCE MISSION
Una banda
sonora del invierno
Cuando leía en el Mondosonoro o en Go Mag las críticas
de discos pensaba que pocos trabajos habría tan bonitos como el de conducir el
gusto de oyentes ávidos de buena música. Tal vez esa labor también podría
hacerla yo; esa era mi fantasía. La de Juan Ramón Jiménez era tener imprenta
propia, escribir y editar el mismo día. Di en pensar que en un blog era posible cultivar esas y otras especies, y así me
lancé de buenas a primeras a una aventura, Mitos
y flautas, que dura ya ocho años. Hay en este huerto de todo: muchas coles
y alguna lechuga, alguna zanahoria y mucho palo, y también árboles de toda luna.
El poeta asturiano César Iglesias me propone injertar alguna de sus ramas en el
tronco de El Cuaderno Digital. Mi reparo inicial de no querer comprometerme a más
de lo que puedo o me apetece es vencido en un segundo con dos palabras: total
libertad.
El fin de semana bien merece una canción. Yo tengo la
costumbre de poner aquí alguna. Sé que interesan menos que las otras cosas,
pero a mí me hacen la misma ilusión. Leer, escribir o escuchar
música son manifestaciones distintas de un mismo anhelo: buscar la belleza y, si la
hemos encontrado, compartirla. Quizá haya una persona que esté
esperando nuestra canción, que vaya poniendo chinchetas en este mapa sonoro hecho de ciudades que son grupos, de pueblos que son canciones.
Una persona, solo una. Para ella es “La canción de los sábados”. Para mí todo lo demás, el placer
de encontrar, la gimnasia de seleccionar, la fe recobrada en el minuto de belleza.
El fin de semana, decía, bien merece una canción, que
luego son unas cuantas, pues las canciones son como las cerezas,
que cuelgan unas de otras. Lo que traigo hoy son cerezas confitadas, dulces y un punto amargas.
The innocence mission se formó en Pensilvania en 1989 al reunirse, no solo en
lo musical, Karen McCullough y Don Peris. 31 años y 11 álbumes después de aquel
flechazo con parada en el altar, acaban de publicar See you tomorrow, acaso su mejor disco. Lo que hacen The innocence
mission no es nada nuevo, pero no es lo de siempre; es sencillo, pero también único. La voz delicada de McCullough, que lo mismo recuerda en lo áspero a Björk
que en lo ronroneante a Hope Sandoval y en lo demás a Julie Doiron, se acompaña de atmósferas lo suficientemente variadas como para no cansar, y ello con un
respeto poco usual por los silencios. También vienen a la mente LIV o Sufjan
Stevens, y fue pensar en este último y leer que calificaba la música de The
innocence mission de conmovedora y profunda. La calidez de su sonido hace de
ella una banda sonora del invierno: oscura y luminosa, triste y esperanzada. En
una palabra, melancólica.
El grupo ha ido oscilando, a menudo en un mismo álbum,
entre la desnudez folk y un sonido más pop y “de banda”. Tras dos discos de
tanteo, Glow (1995) brilla con un
elegante sonido dream pop que remite
a Mazzy star. Le sigue otra joya, en el otro extremo del péndulo, Birds of neighborhood (1999), con un
tratamiento exquisito de voces y guitarras (en plural ambas). En Small plains (2002) vuelve a brillar el
grupo con delicados arreglos a cargo de Karen y Don Peris (multi instrumentistas
ambos) y el batería Mike Bitts. Los cuatro siguientes trabajos le parecen a uno
más planos, en especial Now the day is
over (2004), recopilación de estándares de cine. Aun así hay que decir que
The innocence mission suenan siempre bien, lo que debería ser a un grupo o a un músico
lo que la sintaxis a un escritor: un mínimo exigible. Pero hasta My room in my trees (2010) no regresan a ese estado de gracia, a
ese no sé qué feijoiano.
El recién editado See
you tomorrow fue grabado y mezclado en la casa de Karen y Don Peris. No se piense por ello que es
una producción lo-fi,
premeditadamente descuidada con el fin de sonar más genuinos. Cada sonido está mimado al detalle. Las voces, que fueron grabadas en el
sótano, tienen una reverberación envolvente. Todo rezuma calidez, como si
además de a su música The innocence mission nos invitaran a entrar en su casa. Quien lo haga no querrá
salir de ella.
The innocence mission: "On your side" (See you tomorrow, 2020)
Mejores discos: See you tomorrow / Glow / Birds of neighborhood
Mejores canciones: On your side / That was another country / Stars that fall away from us
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