Qué mala racha. Ahora Rafael Juárez, con 63 años. Estos versos están entresacados de su antología Para siempre. Descanse en paz.
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Entera la esperanza
de nueva vida antigua.
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Dichoso tú, que ves una paloma
y ves una paloma.
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Ojos míos, cansados
de mirar hacia dentro.
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No todo lo que muere
merece primavera.
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Por vivir se escribe.
Por olvidar la vida que se vive.
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Condenado a decir y no entender
como un niño que hablara del olvido.
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Sólo porque sé su nombre
huele mejor la celinda.
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Álamos altos y colinas suaves.
Vamos a ver qué dicen estas cosas.
Un poema se escribe para eso.
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También en Para siempre este poema, el que prefiero de los suyos:
EL OTOÑO EN MARÍA DE LA MIEL
Celebremos, amigos,
que el otoño se acerca
con su vara de viento
y su barba canela.
¿Qué más puede querer
el hombre que una hoguera
mientras su jardincillo
cruje y amarillea?
Celebremos, amigos,
que el otoño comienza
y aclaremos con vino
las esperanzas nuevas,
los afanes de siempre:
mirar la lluvia fuera,
sentir la niebla dentro,
querer y que nos quieran.
Celebremos, amigos,
que el otoño comienza
y en su vida interior,
como en las alacenas
los membrillos deformes,
se pudre alguna ausencia.
No todo lo que muere
merece primavera.
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