Bien se ve que Cervantes ya era padre cuando puso en boca de don Quijote aquel memorable monólogo contra el tuyo y el mío. En esas andan Laura y Andrea, pero peor: entre el mío y el mío. Dicen todos que es normal y me quedo más tranquilo. Es la excepción del gozoso despertar al lenguaje. Gozoso y productivo: una de esas primeras expresiones más allá de las palabras sueltas arroja luz sobre el soneto que tengo en la cabeza, en concreto sobre la rima de los cuartetos, que era en principio ABBA: "A veee, a veee...", repite Laura. Y sí, mucho mejor ABAB.
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