Sea tu dicha
lo mismo que el barranco:
oculta, a solas.
¿Quién va a decirme
esa palabra extraña
que tú sabías?
Este amor nuestro
por la luz que mirábamos
somos nosotros.
Que nadie sepa
de esta concha en la piedra
me reconforta.
Cerros anónimos.
Alegre de saberme
vivo entre piedras.
Lo más difícil,
llamarle pan al pan
y no ensuciarlo.
¿Quién es Antonio?
Este vivo silencio
tras siete letras.
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