–¿Y en qué te vas a gastar tantos millones? –pregunta la vecina chismosa refiriéndose a una herencia.
–Pues mira, en vino y en putas –contesta el borrachín del pueblo, al que todo el mundo se cree con derecho a vacilar.
La respuesta, desde luego más delicada que la pregunta, me parece una manera elegantísima de decirle a la enredadora que se meta en sus asuntos.
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