miércoles, 13 de marzo de 2013

PROSA, VERSO

        ¿Cómo puede ser que emplee una hora para una prosa de cinco líneas, sin contar con las veces que vuelvo sobre ella para cambiar una palabra por otra para volver a cambiarla por la primera, marear las comas o mover los complementos como al que mandan de la Delegación al Registro, del Registro al Juzgado y del Juzgado a la Delegación? No le ayuda a la prosa el aderezo poético. “La poesía prosaica, la prosa poética”, escribí hace años tanteando una poética. Pues no. La poesía poesía, y la prosa prosa. El contagio desnaturaliza. Lo que en poesía es genuino, injertado en la prosa es postizo. Empecemos por renunciar a cerrar cada fragmento en prosa con la rotundidad y la resonancia propias del verso. 
 
 Yedra sobre la iglesia de San Antolín de Bedón

1 comentario:

  1. Reconozco mi ignorancia en estas cuestiones, pero noto que cada vez me cuesta más diferenciar entre prosa y poesía y apenas distingo en literatura como en agricultura entre intensiva y extensiva.
    Por lo demás a mi sucede que al escribir en prosa me dejo llevar por la música de las palabras y entonces ya la hemos cagado, con perdón.

    Un abrazo.
    (Por cierto, esa foto tiene la sencillez de lo inaugural, también de lo explosivo, aun en silencio. Me encanta)

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