“Si cada persona es un mundo, cada pareja es
tres; el de él, el de ella y el que nace de la colisión de aquellos dos, aún
más inestable e impredecible”.
Esto escribí hace unos años. Y me parece bien.
Pero leído ahora hay algo que me chirría. ¿Por qué “el de él y el de ella”, y
no el de él y él, o el de ella y ella? Si hoy se reeditara el libro en que
aparece esa prosa, ¿la corregiría? Con estos asuntos nunca se sabe: sabe más el
tiempo que nosotros. Tal vez alguien la lea dentro de unos años (mis hijas sin
ir más lejos) y le parezca cosa retrógrada, hasta homófoba. ¿Merece la pena ser
cuidadoso aun a costa de la claridad, esa otra cortesía? A día de hoy, no lo sé.
Consejos vendo y para mí no tengo.
P.S. A uno no le dejan vivir, por si no tuviera
bastantes dudas de por sí. ¿Pues no va el corrector y me dice que cambie “a día
de hoy” por “hoy en día”, o sencillamente “hoy”?
Nicasio.
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