sábado, 31 de marzo de 2012

BULLEBULLE

Encuentra su hueco en un poema la donosa palabra “bullebulle”, que creo haber leído en un libro de Azorín, o tal vez de Trapiello. Pretendo expresar con ella el trajín del verano. Su parecido con “ebulllición” ayuda de paso, por sugestión, a transmitir la sensación de calor, y decimos así más con menos. Excelente. No obstante, por un prurito de corrección, y so pena de llevarme un chasco, acudo al Sopena. Para contrariedad mía, da a esta voz no el significado de bullicio, sino el de persona inquieta, bulliciosa, entrometida. En otros diccionarios, lo mismo. Decido cambiar la pieza por otra y, dudando entre “rebullicio” y “tole-tole”, no demasiado convencido, me decanto por esta última. Si no me termina de gustar, pensaba, es porque el verso estaba ya hecho a otra palabra, como el zapato al pie, será cuestión de acostumbrarse. Hasta que unos días después, en un artículo de Felipe Benítez Reyes, doy con la arrumbada “bullebulle”, que emplea en aquel sentido de ajetreo que mi poema expresa y decido restituirla, contento sólo en parte, lamentando en el fondo mi volubilidad... y la traición.

1 comentario:

  1. Un poco más y se escabulle.Es de esas palabras que hay que atrapar en la inmediatez de su hallazgo, aunque aprecio sobremanera el cuidado que pones en que sea esa y no otra. Saludos.

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