jueves, 26 de marzo de 2015

POEMA DE ANTONIO MORENO



CON LOS AMIGOS

                                                                         (Sol en el cuarto)
 
Que levante la mano quien no crea
que hablamos demasiado, me repito
en medio de la charla, muy por dentro.

Y claro que nos hace bien hablar
por hablar y reírnos una tarde,
pues seguimos, con todo, en esta cumbre.

Escucho nuestras voces y sus tonos,
sus cadencias, sus idas y venidas,
y no puedo evitar marcharme lejos,

pese a que donde voy no puede estar
más cerca, en esa luz que se derrama
a nuestros pies y en todo cuanto pisan.

Con siete o con cuarenta y siete años
-ha sido siempre igual- viajo a tu extremo
y nos tratamos sin decir palabra.



domingo, 15 de marzo de 2015

GOTA E HILO

A partir de un poema de José María Jurado.

GOTA E HILO

No puedes poner nombre a la tristeza
cuando es tan clara y pura que parece alegría
JMJ

Spiegel im spiegel, Arvo Pärt

SÍ puedes poner nombre a la tristeza
cuando es tan clara y pura que parece alegría:
belleza. Más: amor.

Gota en la hoja, tiembla
tu vida este minuto,
hilo de rama a rama
se balancea niña.

Tal vez siempre lo hizo,
temblar, balancearse.
Pero sólo supiste ver la gota y el hilo
al sol de este violín y este piano.





martes, 10 de marzo de 2015

187

Iba a faltar el alumno de las cinco. Avisó con tiempo, pero no lo pude apañar para salir antes. Tampoco me disgustaba el regalo de una hora de asueto a media jornada, teniendo en cuenta la bonanza climatológica y el caloret. Sin perder un minuto cogí el Porchia (no, no es un coche nacido de la fusión entre Porsche y Pontiac, el sueldo de funcionario no da para tanto) y salí del conservatorio con él bajo el brazo hacia el banco de costumbre, bajo la atenta mirada de una bedel que tomaba nota. Advertí que, mediado el curso, no había pasado del medio centenar de páginas. Los de las Voces son aforismos para rumiarlos despacio, repetirlos entre labios, hablar con ellos, darles la vuelta como a un calcetín. Hay en cualquier página de estas más de lo que importa que en todo un ladrillo de los que se empeña en embaularse el personal. Y en esto, mucho en poco, los tengo por poesía. Algunos aforismos parecen versos esperando su poema. No pocos de ellos serían finales perfectos, rotundos y a la vez preñados de vislumbres. Otra idea para un libro… (quizá Juan Ramón, de haber vivido ahora). Me propongo glosar, siquiera con el pensamiento, el primer aforismo que marque con doble punto.
 
    187. Qué te he dado, lo sé. Qué has recibido, no lo sé.

Menos galimatoso que la media, me gusta, pero reconozco enseguida que es en parte por debilidad, por esa “dulce homilía de la autoconmiseración” que reprobara Benedetti en uno de sus pocos versos que recuerdo. Qué buen consuelo habría sido la frase durante aquel tormentoso amorío que nos tuvo en vilo. La habríamos lanzado como una de esas cuchilladas del poema de Piquero. Gusano este, por cierto, (no Piquero, ni Porchia, sino el de la autocompasión) que no medra sólo del fruto del amor. 

Pero, traspasada la epidermis, el aforismo se vuelve insidioso cuando, como un bumerán, hace el camino de vuelta: “Qué he recibido, lo sé. Qué me han dado, no lo sé.” Cuánta buena intención por nosotros despreciada o directamente inadvertida, cuánta amistad discreta, cuánto buen amor, se atreviera o no a decir su nombre, cuánta paternidad no menos amorosa. Lo recibido como un subconjunto de lo dado, y en este, orbitando alrededor de aquel, como espermatozoides muertos con su amor, tantas palabras de consuelo por orgullo desdeñadas, tantas palmadas y caricias tenidas por improcedentes, tantos sacrificios no valorados. Y, como decía Bejarano, otro poeta, no es posible vivir sin lamentarlo.

viernes, 6 de marzo de 2015

UN PLACER

"Un epigrama bello es cosa fácil, / escribir todo un libro es lo difícil." Pero qué bien salió del paso Enrique Badosa en sus Epigramas confidenciales. Mi ejemplar tiene la gracia añadida de que está dedicado por el autor a un E.R. que repasó su nombre con un bolígrafo del mismo color para hacerlo más visible, humanísima debilidad que habría dado, por qué no, para otro epigrama. Parece este, por cierto, un tipo de poema pintiparado para el pensamiento liberal de este "español de Cataluña" que no duda en tirar contra inquisidores de la lengua y el pensamiento, fumadores, feministas o lúbricas poetisas, casi siempre con finura: "Te has elevado a más de lo que asciende / tu talla muy común de español medio. / Has llegado tan alto que has logrado / añadir casi un palmo a tu estatura. / ¿El vivir de puntillas no te agota?" Aunque suene tópico, sorprende (y se agradece) la vigencia de estas páginas, que apuntan, por ejemplo, contra las papanatadas de la gastronomía, palabra escrita irónicamente con mayúscula, o la omnipresencia del fútbol, en virtud de la cual sus informadores se reputan poco menos que como mediums. Y no creo redundante señalar su vigencia porque, aunque se publicaron hace apenas 26 años, son éstos "poemas de andar por nuestras calles", y es en el cuerpo a cuerpo del día a día donde más se aprecian las canas y las arrugas de lo escrito. Tan sólo las referencias a la dichosa "movida" parecen ya remotas. Si no, lean.

*   *   *

La amistad es un arte de vivir, / y no podrás decir que no estás vivo / mientras sepas tener amigos viejos, / viejos amigos y enemigos nuevos.

Si puedes recordar bellas ciudades, / noches de amor y de amistad y libros, / y no sabes vivir, no me interesas. 

Empiezas a encontrar que no te encuentras.

No importa que ninguno te escuchemos, / lo malo está en que todos sí te oímos. / (...) Nos das la buena nueva de tu cháchara, / nunca la bendición de tu silencio.

Porque te cedo el paso ante una puerta / te ofendes y me acusas de machista. / Ya me ha vuelto a engañar mi propensión / a creer que una chica que me gusta / ha de ser tan sensata como hermosa.

Cumpliste tu misión de ser hermosa / y darle nombre propio a la belleza.

La belleza que ostentas y prodigas / en nosotros y en todos los espejos, / se te dejó en custodia. Sé paciente: / muy pronto habrás de verte liberada / del peso de guardar este tesoro.

Te lo dijo de súbito y airada: / no te soporta más, tú no utilizas / su dialecto común de palabrotas. / Lástima es. Hablabais lengua culta / sobre el silencio tibio de las sábanas.

En una misma lengua os adorasteis, / idioma ni del uno ni del otro. / Hubo la intensidad del grito amante, / tierna etimología de suspiros, / alguna discrepancia filológica, / los problemas semánticos al uso, / añoranza de hablar como en la patria, / y formas dialectales del silencio. / Acabó en lengua muerta tanto amor.

¿Qué es esto de decir Tercera Edad? / Hoy, que se habla muy poco y no se lee, / ¿por qué tanto temor a las palabras? / ¿Acaso es una infamia y un delito / vivir en los inicios de la muerte?

Es difícil andar por estas calles / sin esquivar miradas pordioseras, / falsas o de verdad, y siempre tristes. / Hoy alguien me alargó mi propia mano.

No eres más que uno más entre los mases. / Masivamente solo entre los solos.

Lo sé. Yo soy el raro. No soporto / tu refrigeración, tus decibelios, / tu rocanrol, tu tele, tu tabaco, / ni que te empeñes tanto en confundir / con la vulgaridad la democracia.

Falta prudencia cívica y estética. / ¿No está ya muy contaminado el mar / para que derramemos en las playas / tanto desnudo barrigón y anciano?

Místico del estadio, que levitas / cuando algún jugador se te aparece.

Intelectual del fútbol, exegeta / de la profundidad de la quiniela.

Ya está en orden el caos de este pueblo. / De nuevo somos grandes y triunfales. / Con entusiasmo todos entonamos / el himno patrio: do, re, mi, fa, gol.

Ni Freud se lo podía imaginar: / que de la fase oral y de la anal / pasáramos de golpe y para siempre / a la madura fase audiovisual.

¿De qué hablaremos hoy, si fumas tanto / que apenas las palabras se perciben / entre las humaredas que me espetas? / Boca a boca quería compartir / contigo lo que siento y lo que pienso, / pero monsieur Nicot se me interpone.

Yo tan, tan liberal deseo ser / que ni a un partido liberal me apunto.

No marcarás mis ojos ni mi frente / con el hierro candente de una sigla.

Me inculpas de ser poco solidario, / porque no engroso manifestaciones, / ni gritos de protesta, ni asambleas. / Mi pancarta de voces solitarias / tan necesaria es como la tuya.

Mucho menos me impongas libertad.
Liberal y demócrata sin siglas, / quiero una aristocracia para todos. / No por esto yo dejo de sentir / que valgo más que tú, / no tanto como tú, igual que tú.

Nuestra moral en esto sí coincide: / en la abominación de dictadores. / Manos a la labor, eres tú manco y zurdo, / ya que sólo abominas de dictaduras diestras. / Gracias a Dios, yo empleo mis dos manos.

Con retórica escueta de brochazo, / decoras las más céntricas fachadas. / Maestro en libertario silogismo, / razonas que "Anarquía es libertad", / y aún precisas que "Anarquía o muerte". / Ergo, según tu lógica macabra, / si no somos anarcos, somos muertos. / Y ni anarcos ni muertos somos libres.

La ciencia del estilo ya registra / escritura de izquierdas y derechas, / inclusive en un mismo literato. / A más de un pensador el hemiciclo / le produce hemiplejia intelectual.

Aunque tú no me leas, yo te leo. / Gozo de los aciertos que consigues / y deletreo, aprendo y rememoro / la lección magistral de tus errores.

No publican tus versos, y te enojas. / Llevas mucha razón, pues tus poemas / tendrían que grabarse en mármol pedagógico / para que así constase para siempre / lo que nunca ha de hacer poeta alguno.

Si el vino te gustara, como dices, / no lo trasegarías con tal prisa / al deforme barril que te conforma, / ni lo derramarías sin pudor / en tu conversación monologante. / Menos aún dejaras desbravarlo / en la botella rota de tus libros.

Es género menor quien mal escribe. / Quien lee mal es género menor.
Murió de sobredosis de sí mismo.

... cuando los eruditos eruditen.

Para que no lo entiendas, te lo aclaro / al llamarte sombrero sin cabeza, / cráneo licuefactor, alma sin alma, / igual que te podría llamar tonto, / yo no te insulto, no, te diagnostico.

Puesto que la poesía sí me gusta, / ¿por qué me gustan sólo pocos poetas? / Tú no eres muy sutil. Me gustan pocos / porque me gusta mucho la poesía.

No puedes poner música a un poema, / pues ya tiene la suya. Calla y vete.

Cualquier valor que otorgues a mis versos / no me lo tienes que otorgar a mí / más que como a un obrero de palabras / que por sus utensilios siente amor. / Mi mérito es hacer lo que alguien manda, / y no niego que así yo soy más libre, / incluso a veces libre de mí mismo.

sábado, 28 de febrero de 2015

AY

Aquí hay poemas, se animaba en voz alta mientras miraba ilusionado la oscura tableta, a la que había dado un primer pellizco ya vuelto humo. Contra toda lógica, ella contestó: poemas no, pero sí versos.
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No sé si esto es cada vez menos lo que debería ser un blog o cada vez más. Ya no siento pesar por tenerlo siete o diez días en barbecho. Malo, creo, no es. El blog como refugio de las ideas para poema que no pueden ser poema (la mayoría).
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Más traición me parece pasarme las semanas buscando la luz de un grupo nuevo y tener olvidado a Bach o Arvo Part. Vuelvo a casa oyendo a este último, preguntándome cómo he podido escuchar tres veces seguidas, porque creo que tiene algo, una canción de El lado oscuro de la broca. Traición no, ya lo sé, como tampoco lo es llevar meses sin leer un poema de Unamuno o Machado por estar leyendo, y qué bien, los nuevos libros de Antonio Rodríguez Jiménez o de Luis Guillermo Alonso. Voy bien pensando estas cosas hasta que me enredo en la duda de si guardar o no las llaves para bajar la rampa con la bici. Me doy cuenta y me lo afeo, pero en el ascensor me sorprendo con el deseo de mirar en El mundo deportivo cómo tiene el barsa de baloncesto el average con el Alba Berlín, dejando a Arvo Pärt para sabe el cielo cuándo.

martes, 24 de febrero de 2015

EN CUARENTENA

A lo tonto a lo tonto, entre mitos y flautas, ya es uno cuarentón (lo es, en realidad, desde hace unos días). No nos vamos a poner solemnes (nel mezzo del cammin...), ni menos aún melancólicos. Como no da uno importancia a estas cosas, lo dejó correr lo mejor que pudo. Lástima no haber recaído entonces en estos versos de Almuzara, perfectos para la ocasión por familiaridad y tono: saben ser chulos a la manera humanísima de Manuel Machado, pero sin perder la compostura.


CUMPLEAÑOS FELIZ

A mi edad aún no hacen daño
el tiempo y sus pejigueras;
pero, entre bromas y veras,
ya se ha pasado otro año
-veremos cómo me apaño-.
Más viejo y no menos niño
hago faena de aliño
con un pasar decoroso
y aguardo en paz el ocioso
final con quien ya no riño.

                                                                                 (de Quede claro)

viernes, 20 de febrero de 2015

4+1 HAIKUS DE MIGUEL D´ORS

Miguel d´Ors en Más virutas de taller: "Haiku japonés: un poco más que una impresión y un poco menos que un pensamiento."

¿Intuición, vislumbre? Su haiku -con razón y corazón- más citado germina en esa tierra de nadie: "Para el aroma / nocturno del jazmín / no hay alambradas."

¿A dónde irás,
pequeño escarabajo,
sobre la nieve?

El diminuto
zumbido del mosquito
llena la noche.

No ensombrezcas
el color de esta nieve
hablando de ella.

¿Quién irá sobre
la mosca que va sobre
el elefante?

viernes, 13 de febrero de 2015

QUÉ PAÍS

No me gusta oírlo, ni soporto a la gente a la que no se le cae la frasecita de la boca, pero cómo no darles la razón viendo el rifirrafe entre Montoro y Monedero. Uno que va dando lecciones de integridad, entregando a toda prisa una declaración complementaria a Hacienda para regularizar una situación por lo visto no irregular. Y aquí no ha pasado nada. ¿Reacción de Podemos? Tanta severidad con el desmán ajeno, y tanta comprensión con el propio. ¿Qué se hizo del movimiento ciudadano, las asambleas (para debatir, por ejemplo, la salida del partido del camarada Monedero) qué se hicieron? Qué poco tiempo les ha hecho falta para adoptar la misma actitud cínica que cualquier otro partido, primero negando y luego minimizando, sin olvidarse del "y tú más". Vaya vaya.

No seré yo quien diga que es lo mismo defraudar diez que defraudar mil, pero a nivel de validez política debería serlo: no es una cuestión de grado. Si el que roba una gallina se comporta así cuando le han pillado, y le dejan comportarse así, miedo da pensar lo que no robará al mando del gallinero. Ahora, de ahí a equipararlo a los ladrones de guante blanco, tampoco. Uno es un robagallinas de momento y que se sepa; los otros son depredadores. Es penoso tener que sufrir que un politicucho como Montoro utilice la hacienda pública para beneficiar los intereses electorales del PP, amenazando, insinuando, jugando con la ventaja del secreto fiscal. ¿Dónde está la lista de los que se acogieron a la amnistía fiscal? 

¿No vendrá un viento fuerte que los lleve al basurero?




jueves, 5 de febrero de 2015

ARMONÍAS, A VECES

El profesor de armonía se había sentido indispuesto y durante la hora de guardia me tocó cuidar su clase. Como su aula está frente a la mía, me dio tiempo a coger el libro de las Voces. Tenían examen. Sólo eran siete alumnos. Yo me hacía cruces por que no me preguntaran nada, tan olvidada tengo esa materia. No fue el caso. Ellos se limitaban a escribir, borrar y mirar el reloj. Se podía oír, junto a algún bufido ocasional, el ruido de los lápices y los bolígrafos rasgando el papel, tan hondo era el silencio. Me adentré en los aforismos de Porchia con total tranquilidad. Entre uno y otro, como las gallinas para pasar mejor la comida, levantaba la cabeza. En uno de esos ojeos me pareció ver que una de las alumnas, una rubia joven con una larga coleta, se miraba la palma de la mano. No, por favor, pensé. Lo hizo varias veces, escribiendo entre medias. Cuando me descubrió mirándola se azoró. ¿Será necesario barajar de nuevo los gastados naipes del rosicler de la aurora, del rubor de la rosa temprana para encomiar la color de aquel rostro adolescente? Me levanté y me senté cerca de ella sin dejar la lectura. Fue suficiente para que no reincidiera. Yo me daba por satisfecho. A y media debían entregar los exámenes. Tenéis cinco minutos, avisé. Pasados estos, los más rezagados seguían escribiendo con desesperación. Tal vez su aprobado dependiera de ese último esfuerzo. Decidí esperar otro poco. “Dos minutos”. Un chico cuyo aspecto de náufrago despertó mi simpatía y un si es no es de lástima, tal vez por verme reflejado en el espejo de los años, pareció cobrar ánimos. Era también hermoso de ver. Volví a mi mesa. La chica de la coleta entregó su examen sin mirarme a la cara. “Hala, venga, ya, entregad”. Entregaron los dos que faltaban. Como aún me quedaba media hora de guardia, quedé un rato en el aula vacía hojeando un examen. Era talmente como una lengua que hubiera olvidado, por más que sus signos me resultaran familiares. Para mis adentros, argüía en mi descargo el hecho de que la formación que reciben hoy los alumnos de armonía es mucho más completa que la que recibimos los alumnos del anterior plan de estudios. Bajé y aún había dos ansiosos alumnos verificando en los apuntes la corrección de sus respuestas. Descarté una broma cruel. En la sala de profesores maté el tiempo haciendo una ronda de blogs. Di la llave a las bedelas y salí. Ese primer contacto con el aire de invierno tras varias horas encerrado en aulas con deficiente ventilación es, a veces, lo mejor del día. Gratis, por cierto. Como el breve paseo hacia casa. Descarté poner música. Los oídos ya habían recibido bastante (a veces la pongo, para dar al fuego la matraca infligida por el último alumno, por desintoxicar). En medio del temporal, rodeados, aquí rara vez nieva. Podría ser esa la oscura razón por la que los de Valladolid siempre me parecieron niños tristes. “Tienes derecho a la nieve”, les diría para engañarlos si tuviera que hacer un anuncio. Después del fin de semana en León viéndola caer sobre el parque de san Francisco desde la cama o el sillón, calentito siempre, o escuchando cómo se deshacía el silencio sobre la noche luminosa y sola de la plaza del Grano, después de esas horas o siglos de una vagarosa y mullida ensoñación, estos días gafos de viento choricero, estas noches cerradas donde el aire aúlla en las ventanas. Qué desabrido invierno si no esperara otro sol dentro, si no supieras que, como se decía más o menos en una hermosa película, la tristeza de hoy es parte de la felicidad de entonces, como lo será de la de mañana.


martes, 27 de enero de 2015

ESTRÉS (DE VEZ EN CUANDO ALGUNA TONTERÍA)

El estrés que tengo es tres meses de vacaciones en verano, tres semanas en navidad y tres fiestas, arriba o abajo, por trimestre.

 Nube antiestrés

jueves, 22 de enero de 2015

RODRIGO OLAY EN ESTACIÓN POESÍA





















Por fin se ha publicado el nº 3 de la excelente revista Estación Poesía, que dirige Rivero Taravillo. En ella, esta reseña de La víspera, de Rodrigo Olay.

viernes, 16 de enero de 2015

UN ROMPIMIENTO DE GLORIA: EL ABEDUL

                                 


                                           LA GLORIA LITERARIA
  
¿Y qué ambición más limpia,
mejor dotado premio que merecer cantarte,
cenizoso abedul que entre dos prisas   
te cruzas en mi día?
¿No es suficiente pago el rumoroso
tintineo de las monedas de oro
que aún tiemblan en tus ramas
cuando están ya desnudos
los castaños, los álamos, los plátanos?

Se para uno a mirarte y ya le habla
del alma herida al alma tu tronco acuchillado,
la mirada espantada de tus ojos,
pero a la vez le cantas –si a escuchar acertamos–
la melodía única
que brota de los surcos de tu blanca
corteza, tal de rollo de pianola.
¿Cómo no devolver canto con canto?
                     
Cuando otros enmudecen esperando
la tarda primavera, tú creces hacia el frío,
y es clamor tu silencio, y es abrigo
                             la lividez estoica de tus ramas,
la dignidad sufrida de tu invierno.

Tomáramos ejemplo de tu ejemplo
ante los fríos aires de la vida.

                                                                                               (De Lo breve eterno)