miércoles, 4 de enero de 2012

KLEE POETA


Donde menos se espera salta la liebre. Supe por un documental que Paul Klee escribió, además de un diario y numerosos tratados teóricos y pedagógicos, un libro con sus versos, y quiso el azar, que tantas veces parece dirigido e intencionado, que esa misma semana diera en la biblioteca con un volumen que recogía su obra poética, traducida por Andrés Sánchez Pascual en la colección La forma de la luz (Ediciones de la rosa cúbica). Por su epílogo conocí que también fue en su juventud violinista profesional, tocando varios años con la orquesta sinfónica de Berna.

Abre el libro esta reflexión del autor: “¡Tengo veintiún años! Nunca he dudado de mi vitalidad. Pero ¿qué sucederá con el arte elegido? En el fondo soy poeta, pero el saber que lo soy no debería ser un obstáculo en las obras plásticas”. Evidentemente no lo fue. Dejo aquí anotados estos versos sin título, dignos de Hölderlin:

Dos son las montañas
luminosas y claras,

la montaña de los animales
y la montaña de los dioses.

Pero entre ellas yace
el valle en penumbra de los hombres.

Si alguna vez mira uno hacia arriba
lo sobrecoge, vislumbradora,
una nostalgia inextinguible,
a él, que sabe que no sabe,
de quienes no saben que no saben
y de quienes saben que saben.

1 comentario:

  1. Klee es un pintor de armónica claridad e intensa luz callada, no sabía de sus poemas. Tiene un punto sofista.

    Salud
    Manuel

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