miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL RIZO DE MOZART

Revisando una libreta antigua encontré esta nota sobre un concierto. Valga para inaugurar la sección "Archivo".

Concierto con motivo del CCL aniversario del nacimiento de Mozart. De primer plato nos sirvieron su concierto en Re M para flauta y orquesta (originalmente para oboe), dirigido por el propio solista, Patrick Gallois, que ofreció una versión sobreadornada amén de una sonrojante sobreactuación en sus movimientos y en la dirección de una orquesta con la que porfiaba sin ocultar su insatisfacción, y a la que llevaba con la lengua fuera, a buen seguro con la intención de dar sensación de superioridad técnica (por lo visto la música era lo de menos). Malo cuando se intenta rizar el rizo de Mozart, que no tenía tal.

El segundo plato fue servido por un clarinetista que no quiso ser menos, cuyo histrionismo trajo a la memoria del respetable a cierto humorista español célebre por las contorsiones que sufría su cuerpo mientras contaba sus chistes. En el colmo del proselitismo se permitió tocar el cumpleaños feliz en la cadencia del sublime segundo movimiento del concierto mozartiano para este instrumento.

Hubimos aún de tomar el postre, dispensado por un pianista (según su currículum un artista esquivo) que por dar la nota rompió la unidad temática del concierto y se despachó con no sé qué pieza de Scriabin, donde lo de menos por lo visto era la melodía, pues de cada escala sólo se escuchaban con claridad la primera y la última nota. De pronto terminó y tras rascarse la barba rastrojera saludó displicente mientras comenzaba a hacer mutis. Ah, los artistas.

El empacho de desorden e injustificados egos, o justificados precisamente por la falta de meollo, me hacen recelar de este tipo de eventos en los que la excusa de la efeméride encubre a duras penas la sensación de bolo total. Aun así, el público parecía salir encantado. Viva todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario