MANO NUEVA
A Andrea y Laura
No vuestros pies trenzados en el sueño:
mi mano acariciándolos,
recorriendo despacio
lo que va del empeine a cada dedo.
Mano nueva, tan grande de repente,
y calurosa y tierna y necesaria,
ella que era solar de cicatrices,
nido vacío.
Y ahora que la observo
no me parece menos
que las de la Creación de Miguel Ángel
-la que da vida y la que la recibe-,
y aquel solar y aquel nido vacío
son huerto, pájaro almo que entibia la nidada,
y aquellas cicatrices los caminos
insospechados que me conducían
a esta nueva ilusión de vida nueva,
a estos pies que acaricio emocionado.
____________________________
Publicado en el nº 10 de la revista Anáfora.
Qué bonito poema,sencillo y profundo a la vez,dedicado a dos pucelanas con raiz de viñedo y caliza....que son a la vez poesía y música...y cuando despiertan..fatástica REVOLUCIÓN...
ResponderEliminar