Como
vuelvo en tren a mi paisaje, que es como volver a casa en casa, voy
sobre nubes. Abro el cuaderno de los poemas y anoto algunos títulos:
“Historia
universal”. Paso dos hojas. “A una rosa modificada genéticamente”. Dos
hojas
más. “Colirrojo”… No es que sea gratis soñar, es que nos paga, y lo hace
en
intangibles que –es humana condena– la mayoría de las veces nuestra
ceguera
convierte en imperceptibles. Quién sabe. La idea, claro, está, y el
final, que
es el principio. Ya sólo falta escribirlos, el verso que nos den las
avefrías
que descansan sobre los panizos anegados, el de la cinta leve de los
chopos, el
verso libre de las nubes sonámbulas, el verso blanco de los montes nevados,
del
Curavacas al Teleno. Y, no menos necesario, el sinuoso arroyuelo tutelar
de
los versos pasados con su caricia de amor propio.
FOTO Y COMENTARIO INVITAN AL PLACER DE SOÑAR.......VIAJAR ENTRE NUBES,COLORES.......
ResponderEliminarFELIZ CUMPLE.
SIGUE SIENDO "ALEGRIA DE VIVIR".
En la primera frase de esta entrada me insertó yo también, con mi propio tren, mi propia casa, mis propias nubes, que a veces, erróneamente, creo que son las mismas de ayer.
ResponderEliminarUn abrazo