Charlo con R. en la habitación que compartimos nuestra infancia y la
mayor parte de nuestra juventud (y quien dice habitación dice
peleas, juegos, sábanas). Él revisa las películas de una
estantería y me pide opinión sobre esta o aquella. También hay una
música que pretende unir. Es un momento que sabemos sumamente bello
y que, también lo sabemos, sólo podrá durar hasta que alguien
entre.
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