“Sentir
como quien mira, pensar como quien anda.” “Sentir es estar
distraído.” “Miro, y las cosas existen. Pienso y solo existo
yo.”
Con
qué claridad muestra Pessoa en estos aforismos la linde entre el
sentir y el pensar, los dos tiempos de la creación poética: “La
composición de un poema lírico debe ser hecha no en el momento de
la emoción, sino en el momento del recuerdo. Un poema es un producto
intelectual (…) Y la existencia intelectual de una emoción es su
existencia en la inteligencia, esto es, en el recuerdo, única parte
de la inteligencia propiamente tal que puede conservar una emoción.”
Encarecía
Unamuno pensar el sentimiento y sentir el pensamiento. Pessoa parece
conceder preeminencia al primero, reconociendo la
sujeción al segundo, que tiene por mal necesario: “Lo que siento
se pierde en mi pensamiento.” “Pensar es esencialmente
equivocarse.” “Pensar es no comprender.” “Pensar es estar
enfermo de los ojos.”
Dice
más: “Pienso con los ojos y los oídos, y con las manos y los
pies, y con la nariz y la boca.” “Procuro decir lo que siento sin
pensar en lo que siento.” “Cansa sentir cuando se piensa.” “No
basta con abrir la ventana para ver los campos y el río. No es
bastante no ser ciego para ver los árboles y las flores. También es
necesario no tener filosofía ninguna.”
Y
pobre del poeta que no sepa discernir el momento de sentir del de
pensar.
Y qué cercanos se sienten los pensamientos de Pessoa.
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